La primera entrada de los conquistadores españoles al actual territorio chiapaneco fue en 1524. La encabezaba Luis Marín y entre sus soldados venía el cronista que da cuenta de esos hechos: Bernal Díaz del Castillo. Marín y sus hombres se enfrentaron al grupo más poderoso en ese momento: los chiapanecas, habitantes de Chiapán, la ciudad que los asombró a la vera del río Grande, hoy llamado Grijalva.
La poderosa Chiapán controlaba el paso del río, justo antes de entrar al Cañón del Sumidero, una falla geológica que formaba parte de su geografía sagrada, lugar de refugio y veneración, habitada por las divinidades del agua.
Este intento conquistador no fructificó para los castellanos, por lo que en 1528 arribó una nueva expedición encabezada esta vez por Diego de Mazariegos. Don Diego también topa con los chiapanecas y creyéndolos pacificados funda la ciudad española, cuatro leguas río abajo con el nombre de Ciudad Real de Chiapa, en recuerdo y admiración de la Chiapa india, una ciudad con "sus casas y calles muy en concierto" a decir de Díaz del Castillo.
Pocos días permanece esa ciudad efímera, pues los españoles la trasladan a las templadas tierras de los Altos y así el 31 de marzo de 1528, queda establecida la Ciudad Real de Chiapa, hoy San Cristóbal de Las Casas, la capital provincial, en el ameno valle de Jovel donde todavía permanece para nuestro perenne gozo.
Los chiapanecas, sin embargo, no habían quedado conformes con las nuevas condiciones impuestas por el conquistador y se rebelan en 1530 y 1532. Las batallas entre ellos y los españoles, soldados y encomenderos, se libran en el interior del cañón. Esto dio pie a la leyenda más cara del pueblo chiapaneco, aquella que explica cómo los chiapanecas prefirieron la muerte, lanzándose por los acantilados del Sumidero, a la sumisión.
La derrota de los chiapanecas fue recompensada por Carlos quien otorgó a Ciudad Real de Chiapa el escudo que rememoraba aquellas batallas, inmortalizando el escenario magnífico donde se llevaron a cabo. Ahora el escudo es de todo el estado Ilamado Chiapas por la dualidad representada por dos ciudades magníficas, Chiapa de Corzo, la antigua Chiapa de los lndios, y San Cristóbal de Las Casas, otrora Chiapa de los Españoles o Ciudad Real de Chiapa. Ambas ciudades, junto con el Sumidero, forman una ruta profundamente arraigada en la historia y en el alma de Chiapas.
Esta zona que reúne espectaculares elementos del paisaje y la historia, representa uno de los conjuntos más interesantes de todo el país. Conjuga el encuentro de dos regiones naturales, los Altos y la depresión central de Chiapas.
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