Chiapas es sin lugar a dudas un territorio fértil de poetas. Y prueba de ello es Jaime Sabines (1926 - 1999), considerado el más entrañable de los poetas de México, aquel trovador que congregaba multitudes que se regocijaban con sus versos.
Era ese anciano abuelo que prefería quedarse con los nietos, el perro y el gato; quien recomendaba beber un pedazo de luna como remedio de todos los males; era ese sobrino que admiraba a su tía Chofi, a quien primero le llegaron las arrugas al rostro, que un beso. Era el amoroso y apasionado joven y esposo que dejó centenares de poemas cargados de ternura.
Amanecí triste el día de tu muerte, tía Chofi,
pero esa tarde me fui al cine e hice el amor.
Yo no sabía que a cien leguas de aquí estabas muerta
con tus setenta años de virgen definitiva,
tendida sobre un catre, estúpidamente muerta.
Hiciste bien en morirte, tía Chofi,
porque no hacías nada, porque nadie te hacía caso,
porque desde que murió abuelita, a quien te consagraste,
ya no tenías qué hacer y a leguas se miraba
que querías morirte y te aguantabas.
!Hiciste bien! (...).
Tía Chofi
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