Hacia el poniente, el Hotel Bonampak y algunas de las casas vecinas son ejemplos representativos (le la arquitectura en boga en los años cincuenta, con estilos influidos indudablemente por la difusión cinematográfica. Aquí empieza la zona de desarrollo moderno de la ciudad, cuya panorámica es visible desde el Monumento a la Bandera, inaugurado en 1943. Se trata de un enorme astabandera de piedra de 25 ni de altura, cubierto por relieves muy planos de inspiración prehispánica que sirven de fondo a dos figuras femeninas dándose la mano, en representación de la federación de Chiapas a México. Ambas estatuas fueron realizadas por Juan Olaguibel.
Destaca a los pies del monumento, el edificio del Instituto Chiapaneco (le Cultura que aunque remodelado en fecha reciente, fue construido a principios de la década de los cincuenta como parte de un ambicioso proyecto cultural emprendido por el gobernador Francisco J. Grajales. Por tanto puede considerarse como símbolo de una época de gran florecimiento cultural en Tuxtla, cuando también se fundó El Ateneo y fueron impresas obras fundamentales de la bibliografía chiapaneca.
Su remodelación coincide con una nueva época de auge de la actividad cultural en la ciudad y muestra de ello son las diversas y constantes actividades que se llevan a cabo en sus salas.
Cuenta con una galería, una librería especializada en bibliografía sobre Chiapas y posee una importante colección representativa de la plástica chiapaneca. Destaca en su exterior un gran mural realizado sobre ladrillo cerámico por César Corzo y cuyo tema es la historia de Chiapas.
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