página(s) : 1/2 Una experiencia diferente
en un paisaje deslumbrantemente rico
En la zona montañosa del Soconusco, las laderas y los altos valles profundos han sido convertidos en el dominio de los cafetales que han marcado uno de los episodios clave de la historia del Chiapas republicano, desde la introducción a gran escala del café en el siglo XIX. La colonización de parte de la sierra por inmigrantes, en buena medida europeos, ha dejado huella en el paisaje rural. El café, dado que requería de la sombra de árboles más altos, logró la conservación de gran parte de la vegetación selvática original como la que todavía perdura a lo largo de los ríos y los caminos del norte del muicipio de Tapachula.
Para el café, los mejores suelos son los jóbenes de ladera, ricos en humus, en altitudes medias (de 600 a 1,500 metors sobre el nivel del mar) con abundantes lluvias. Precisamente aquí, en la zona de los cafetales se halla el lugar más lluvioso de México: la finca Covadonga. Este pareje llega a recibir más de 5,000 mm de lluvia al año, solamente superado por algunos lugares de la India y Hawai.
La Ruta del Café es una de las experiencias más fascinantes de turismo alternativo en Chiapas. El viajero recorre caminos entre la selvática vegetación al encuentro de las fincas Irlanda, Argovia, Hamburgo y La Chiripa que cuentan con istalaciones para la atención de los visitantes. En ellas y sus alrededores pueden practicarse senderismo, observación e identificación de flora y fauna, bicicleta de montaña, paseos a caballo, identificación de los procesos de producción de café y de la floricultura, entre otras gratificantes posibilidades. Las altitudes de las fincas oscilan etren 600 y 1,250 metros, con un clima deliciosamente fresco.
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