Una de las más importantes reservas naturales en el estado es la reserva de la biosfera La Sepultura, decretada como tal por el gobierno federal el 5 de junio de 1995, y la región, del mismo nombre, como zona sujeta a conservación ecológica del estado de Chiapas. Este lugar cuenta con una selva baja caducifolia, con bosques de pino-encino, de pino, mesófilo de montaña, pastizal inducido, pinares, chaparral de niebla, entre otros ecosistemas habitados por 407 especies de 72 familias de la flora como cicadáceas, leguminosas, orquídeas, y otras; 24 especies de anfibios; 49 especies de reptiles, 236 especies de aves y 97 especies de mamíferos, como el jaguar, el tapir, el mono araña, el ocelote, el tigrillo, el puma, el águila solitaria, el zopilote rey, el quetzal y el hocofaisán, entre otras especies endémicas, amenazadas, raras o bien, en peligro de extinción.
Desde el punto de vista histórico se sabe que en esta zona, los vestigios arqueológicos más antiguos reportados, muestran que la primera cultura que se estableció en la región de La Sepultura fue la olmeca, cerca del valle de Cintalapa y Jiquipilas. La belleza de este sitio que es indescriptible, puede por ahora disfrutarse recorriendo la sinuosa carretera que une a Cintalapa con Arriaga.
La reserva La Sepultura, a pesar de su dificultad de tránsito, constituyó desde hace mucho tiempo uno de los pasos que, sobre la zona central de crestas y simas de la Sierra Madre, era utilizado para la migración y el comercio entre la costa y la región central de Chiapas.
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